Cinemateca y nueva ley del cine

Un tema recurrente en la discusión de la nueva ley del cine es el del rol de la Cinemateca Boliviana en este nuevo esquema jurídico. Me interesa en este pequeño escrito hacer acotaciones a ciertos argumentos que se esgrimen como de fondo.
La cinemateca es una fundación privada a la cual, se le ha delegado la tarea de precautelar y restaurar el archivo fílmico, en la propuesta del Ministerio de Culturas el espíritu se mantiene, pero no establece una identificación con la cinemateca.
Según la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) existen diferentes tipos de cinematecas, las más importantes siempre son administradas por el Estado, ya que resguardan material que se considera importante. La Cinemateca Boliviana estableció un modelo de trabajo copiado de la idea francesa, una vez más, lamentablemente este grupo de personas fundaron la cinemateca sin invertir sus recursos en conservar y/o precautelar el patrimonio fílmico boliviano. Hay que reconocer que es una labor importante que el Estado no ha tenido en cuenta y por lo cual es loable la idea fundante, pero también es bueno aprender de nuestros errores institucionales a la hora de gestionar ese tipo de ideas. Al ser una iniciativa privada y volverse repositorio de las imágenes en movimiento de Bolivia, no tiene capacidad de gestión adecuada y vive de los posibles fondos que pueda obtener con proyectos precisos en la cooperación internacional. Podemos comprobar que la construcción de su nuevo edificio, se dio con ayudas estatales de España, Japón y China entre otros, ayudas y campañas de recaudación de fondos lograron consolidar un proyecto que estuvo varios años parado. Es más el terreno donde está emplazado el edificio es de propiedad del ministerio de gobierno y el comodato no se ha renovado habiendo fenecido en 2013.
Este tipo de estructura jurídica ha llegado a tocar fondo y vemos con pasmo que las salas de una institución que debería promover la educación de públicos a partir de la exhibición de material diferente, no industrial prioritariamente, establece una competencia ridícula porque no encuentra mejores canales para financiar sus actividades, si algo no funciona es este tipo de alianza público privada, es que la tarea prioritaria de la cinemateca no se puede desarrollar sin un financiamiento externo.
Voy a hacer referencia a dos situaciones que me procupan en cuanto a profesionalidad de la Cinemateca en su rol de custodio del patrimonio fílmico boliviano, en el 2015 se cumplían 25 años de una película boliviana, filmada en Santa Cruz, Los Igualitarios,  casi una súper producción para la época y de la cual la Cinemateca guardaba los negativos y una copia de 16 mm, cuando fui por encargo de Elías Serrano a pedir información sobre la misma, ya que habíamos contactado a la Cineteca Chilena para que pueda hacer el trabajo de restauración, me encontré con la sorpresa de que las fichas de catalogación no estaban en el lugar que deberían estar, la propia directora se tomó el trabajo de buscarlas, hecho que me causo mucha desconfianza, pero lo peor que sucedió con esta película es que la Cinemateca perdió la copia de 16 mm, lo que es algo inexplicable para una institución que tiene como objetivo exclusivo precautelar la producción boliviana.
Aparte de ver como una directora tiene que desarrollr tareas que no le competen exclusivamente, me preocupa que el archivo de la Cinemateca no tiene un técnico especializado en sus filas desde hace más de un año, el ultimo salió peleado, decepcionado de la institución y con varios meses de deudas salariales que se ventilan en el ministerio de trabajo.
En sus 40 años la cinemateca ha logrado acaparar un archivo que hasta hace menos de diez años no tenía claro qué exactamente tenía en sus estantes, la labor de catalogación de todo su acervo se hizo con el financiamiento internacional, ya que al parecer la institución no puede contratar un técnico especializado con sus propios fondos.
Hoy la discordia se plantea en ponerla con nombre y apellido en la nueva ley del cine, el ministerio ha propuesto un articulado en el cual no está especificado que la Cinemateca mantenga esa actividad. Pero sin ánimo de quitarle las buenas intenciones la Cinemateca ha desarrollado una labor necesaria, pero su gestión da muchas dudas sobre un efectivo cumplimiento.
Me parece en bien de la discusión sobre este punto que la Cinemateca nos muestre su plan de acción por el cual se justificaría su inclusión en la ley, que demuestre los resultados de su labor con recursos propios, lo que le valdría legítimamente su inclusión en el articulado que nos pone en discordia. juan alvarez-durán

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